El chico que dibujaba constelaciones

OPINIÓN SIN SPOILERS

La vida de Valentina es una constante rutina de trabajo e imposibles. De haberse quedado conforme con lo que tiene sin poder llevar a cabo sus sueños. Vive en la época de los años sesenta, en España, y su vida cambia por completo cuando conoce a Gabriel, quien romperá sus esquemas y se convertirá en una parte fundamental en su vida.

Al principio cuando comencé a leer el libro pensé que la historia iba a centrarse en su relación como adolescentes,ya sabéis, lo típico de que no pueden estar juntos o de que pasa algo malo que hacen que se separen. Pero lo que encontré fue una historia que avanzaba muy rápido; empecé en los sesenta y a los pocos capítulos estaba en los setenta.

El libro me ha recordado a una novela epistolar. No es exactamente eso pero se le parece. Valentina se dirige en todo momento a Gabriel, es algo entre ellos, y el lector es sólo un mero espectador pendiente a ver qué va a ocurrir. Valentina quiere que sepamos cómo fue su historia de amor, con sus más y sus menos, sus metas y sus sueños. 

La verdad es que la ambientación es buenísima, personalmente nunca había leído un libro ambientado en España (y si lo he leído no me acuerdo) y me gustaba porque además me recordaba a cosas que mis padres a veces me han contado sobre cómo era la vida antes: qué clases de cosas hacían, a dónde iban o qué coches conducían.

Ha sido como un viaje en el tiempo, y los personajes me han

encantado: Gabriel con su espíritu rebelde y Valentina con esas ganas de luchar; Pablo con sus ganas de ver el mundo y Sofía intentando ser la mejor versión de ella misma.

Lo que le ha bajado puntuación al libro es que el ritmo me parecía lento para todas las cosas que pasaban: en un capítulo ya estaban casados y si llegaba a descuidarme ya estaban teniendo hijos. Además de que el final me pareció un poco predecible. 

Aún así es una historia muy bonita, la palabra que para mí mejor la define es entrañable, porque es una historia de amor tan real que te llega al alma. Son cosas cotidianas pero que esconden mucho. Es un libro que te hace fijarte en las pequeñas cosas, en el sacrificio que a veces suponen las relaciones y también en que todo compensa cuando eres feliz y la persona que hay a tu lado también lo es, y sobretodo que las cosas malas pasan y pueden solucionarse.

También me encantó ser parte de los cambios en la vida de nuestros protagonistas y de la sociedad. Fui evolucionando a la vez que lo hacían ellos.

Me han dado ganas de dibujar constelaciones.